Propone diputado Bazán castigos severos por ataques con ácido contra mujeres

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Preocupado por la incidencia de ataques con ácido o sustancias químicas abrasivas en contra de mujeres, propuse que establezca un castigo carcelario severo en contra de quienes cometan la agresión, más aún si la víctima llegase a morir y que el hecho se tipifique como feminicidio.

En la exposición de motivos, presentada ante el Pleno del legislativo, incorporo dos nuevas fracciones al Artículo 129, mismo que aborda las sanciones generales por feminicidio.

Con la intención de que quede de la siguiente manera, (Se impondrán) de siete a diez años de prisión, a quien lesione o ponga en peligro la vida de una persona a causa de un ácido o cualquier otras sustancias químicas que ocasione algún daño irreversible y en un párrafo adicional con el numeral VIII, que a la postre se leería: Si la víctima presenta signos de alguna lesión ya sea con ácido o cualquier otras sustancias químicas que ocasione algún daño irreversible.

Y es que los ataques con ácido suelen ser agresiones con una altísima carga simbólica, pretenden marcar de por vida, dejar el rostro desfigurado y en el cuerpo de la víctima la estampa de su crimen, de sus celos, de su odio, una huella imborrable y dramática.

Se estima que el 40% de las víctimas no ha cumplido los 18 años en el momento de la agresión, en el orbe.

Los ataques ácidos dejan secuelas brutales físicas y psicológicas que van de quemaduras casi siempre en el rostro y cuello, daños en las vías respiratorias o incluso ceguera. La mayoría no llegará a recuperarse nunca.

Hoy en día no existen registros oficiales sobre violencia ácida en México. La fundación ha registrado, al menos, 34 ataques en el país en las últimas dos décadas, a los cuales 28 mujeres han sobrevivido. La mitad de estos casos ocurrieron en un lugar conocido para la víctima como su casa, el lugar de trabajo o en las vías públicas cercanas a su domicilio o empleo.

Hasta diciembre de 2020 se tiene el reporte de que 20 mujeres han sido atacadas con ácido en México, siendo 2018 el año con el mayor número de ataques, al registrarse siete.

Para que estos ataques no se queden solo en una cifra, algunas de las víctimas han contado sus historias para visibilizar todo lo que han enfrentado, desde la carencia en la atención médica, falta de apoyo, hasta la revictimización y falta de justicia, ya que sus agresores siguen libres o sin sentencia.

En la mayoría de países, el ácido es un arma accesible y muy barata. Colombia registra unos 100 ataques con ácido al año, y unas 400 mujeres serían desfiguradas al año en Pakistán por sus esposos o suegros según ASTI, aunque solo se han documentado oficialmente unos 1.500 casos en los últimos 10 años.

En Bangladés se contabilizaron 400 casos en 2002 (no hay cifras oficiales más recientes) y en Uganda se produjeron 382 ataques entre 1985 y 2011. Camboya, que en 2000 registraba cerca de medio centenar de agresiones con ácido, ha logrado disminuir las cifras hasta 17 entre 2017 y 2018, según Human Rights Watch (HRW).

Algunas de las consecuencias y causas de las sustancias peligrosas podrían ser:
• El ácido sulfúrico puede afectar por inhalación.
• El ácido sulfúrico es un carcinógeno.
• El ácido sulfúrico es corrosivo y al contacto puede producir irritación fuerte y quemaduras en la piel y los ojos llevar a la ceguera.
• La inhalación de ácido sulfúrico puede irritar la nariz y la garganta.
• La inhalación de ácido sulfúrico puede irritar el pulmón. La exposición más alta puede causar la acumulación de líquido en el pulmón (edema pulmonar), que es una emergencia médica.
• La exposición ácido sulfúrico puede causar dolor de cabeza, náusea y vómitos.
• La exposición al acido sulfúrico repetida puede causar daño pulmonar permanente, daño a los dientes y malestar estomacal.
• El ácido sulfúrico es reactivo y presenta alto riesgo de explosión.
• El ácido sulfúrico no es un combustible, sino un oxidante fuerte que acelera la combustión de otras sustancias.

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