El estadounidense Robert Charles Towery fue sentenciado a muerte en Arizona tras ser declarado culpable del asesinato de Mark Jones, de 68 años, a quien le inyectó ácido de batería y posteriormente estranguló con bridas de plástico. Los hechos se remontan a 1991, cuando Towery entró a robar a casa de su víctima, que no solo le había prestado dinero en múltiples ocasiones sino que también lo había contratado como mecánico.
Antes de recibir la inyección letal en marzo de 2012, Towery, llorando, se disculpó por sus crímenes. «Muchas veces en mi vida fui a la izquierda cuando debería haber ido a la derecha y fui a la derecha cuando debería haber ido a la izquierda», reconoció. Sin embargo, sus últimas palabras, que dejaron atónitos a los presentes, fueron: «Patata, patata, patata».
Al principio, su significado fue un misterio, pero años después de la ejecución se descubrió su verdadera finalidad. Fuentes cercanas a la familia del asesino revelaron recientemente que se trataba de un código secreto destinado a su sobrino. De acuerdo con la fuente, con su raro mensaje Towery habría querido imitar el sonido que hace una motocicleta Harley-Davidson al ralentí. El abogado de Towery, Dale Baich, confirmó la explicación, aclarando que era la forma de darle a entender a su sobrino que «todo estaba bien».
Posiblemente al hombre le encantaban las patatas, ya que también comió patatas asada con crema agria durante su última cena.
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