Como representante popular y sabedor de las necesidades de los chihuahuenses, presenté una proposición dirigida al Gobierno Federal a fin de que implemente una estrategia de difusión masiva, una vez que el periodo para la regularización de vehículos de procedencia extranjera, culminará el 31 de marzo.
Ello con el fin de convocar a los ciudadanos que por algún motivo quedan pendientes en el proceso de regularización, se acerquen a los módulos previstos para el trámite.
Partiendo que los entes involucrados en informar a la población son: el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y la Dirección General del Registro Público Vehicular (REPUVE).
En el proceso de regularización emprendido por el Gobierno Federal, el Estado de Chihuahua, ocupa el segundo lugar a nivel nacional, respecto de los autos regularizados, después del vecino estado de Sonora.
Sin embargo, más de la mitad de las familias que solicitaron la regularización de su vehículo se encuentran en espera de una resolución por parte de la autoridad para poder proteger una parte de su patrimonio y ante ello urgen estrategias para informar de plazos y requisitos.
En la exposición de motivos que sustenta mi preposición y que presenté ante el Pleno del Congreso del Estado, la compra de autos extranjeros siempre ha representado un intenso debate, por las afectaciones al sector automotriz mexicano.
Incluso la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, ha afirmado que el programa federal “incentiva el envejecimiento del parque vehicular nacional, en vez de impulsar su renovación con programas de apoyo para el transporte público, el campo y los microempresarios”.
Pero la federación asegura que el programa ha contribuido a mejorar la seguridad, legalidad y certeza patrimonial de más de un millón de familias mexicanas.
Es preciso mencionar que la legalización de estos modelos que circulan por las calles con placas estadounidenses se había vuelto una eterna promesa de campaña electoral, principalmente en los estados fronterizos, que es en donde se concentra el mayor porcentaje de estos vehículos.
Contar con un patrimonio como un vehículo automotor de procedencia extranjera puede tener sus ventajas, como el precio por unidad a diferencia con los del mercado nacional, pero también desventajas como el cierto desconocimiento que se tiene de su historial fuera del país, ya que especialistas aseguran que en su mayoría de los “autos chocolates” están siniestrados.
El precio de los autos americanos es de los principales motivos para quienes buscan adquirir un auto o camioneta, ya sea para cuestiones de trabajo o para mayor comodidad en la movilidad entre la zona metropolitana, con precios que van entre los 15 a 20 mil pesos a comparación con los nacionales.
Comúnmente se denomina “autos chocolate” a vehículos que son importados desde Estados Unidos, Canadá o países de Centroamérica, cuyas marcas o versiones generalmente no son comercializadas en México o se trata de vehículos que están descontinuados y que ya no operan bajo las normas de emisiones vigentes en el país.
El boom de la importación de autos usados desde Estados Unidos fue uno de los efectos colaterales que trajo a la industria automotriz el libre comercio con el vecino del norte. Desde que ambos países, junto con Canadá, firmaron el acuerdo de libre comercio hace más de 25 años, se abrió la puerta para que México importara vehículos, nuevos y usados, desde Estados Unidos sin pago de arancel.
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