Chihuahua.- Mayra Castillo es la joven que junto con su novio fueron víctimas de un grupo de sicarios el pasado sábado en el estacionamiento de la tienda Costco, ubicada sobre la Cantera y periférico de la Juventud.
Tras el violento hecho violento la joven ha acudido a las redes sociales para exigir protección para su persona y su hijo, y en esta ocasión publicó la narración de lo que vivió durante esos minutos en que perdió la vida Mario López Ledezma de 28 años de edad.
Mayra menciona que ese sábado decidieron ir de compras a la tienda Costco y llegaron al área de estacionamiento alrededor de las 14:10 horas. Fue en ese instante que comenzó la balacera contra ellos.
Indica que en la confusión logró ver a un solo hombre que se aproximó caminando y los encañonó con una pistola, por lo que Mario reaccionó y le gritó «¡Aguas!», alcanzando a observar que el individuo accionó su arma primero contra él y su reacción fue protegerse debajo del tablero de la pickup, escuchando el estruendo de los balazos que no cesaban y disparando primero del lado de él , luego hacia su lado.
En un instante dejaron de disparar y su reacción fue salir de la camioneta y dirigirse al centro comercial, pidiendo auxilio sin embargo al alcanzar la entrada principal «me cerraron las puertas en la cara», de lo cual admitió que la acción fue comprensible.
Luego regresó al vehículo donde aún Mario respiraba “todavía tenía pulso… y le dije que siempre lo iba a amar y me regrese a pedir ayuda… todavía estaba vivo», y corriendo por segunda ocasión a pedir ayuda pensó «la vamos a librar».
Una sola mujer valiente fue quien la acercó hacia ella, la protegió y la orientó , pues ya presentaba una crisis nerviosa, en lo que llegaban policías y una ambulancia.}
Finalmente logró escuchar sirenas y ver uniformados que llegaron con ella, a quienes les dijo que “checaran si Mayo seguía con vida” y en la confusión escuchó que dijeron que “no estaban capacitados”, tras ello fue abordada a una ambulancia para revisarla y trasladarla a un hospital.
Había recibido un «rozón» con una lluvia de esquirlas y lo único que quería saber era como estaba Mario de lo cual no obtuvo respuesta, más que las miradas que los paramédicos intercambiaban entre ellos, por lo que supuso lo peor, Mario estaba muerto.
